Salvador Piñeiro Suárez (Pontevedra, 1962) comenzó a ejercer como agente comercial colegiado con 26 años, aunque iba para abogado. Estudiaba Derecho en la Universidad y un buen día de las vacaciones de verano de 1988, "mi madre me dijo: ¿por qué no ayudas a tu hermano y así termináis antes? Y desde entonces", nos relata Piñeiro, que inició así su carrera profesional como representante en el sector del mueble.
Accedió a la Junta de Gobierno del Colegio de Pontevedra en 2006 como tesorero y a los dos años fue nombrado presidente, puesto que ocupa desde entonces. Entre los hitos de su gestión, destaca sin duda haber sabido imprimir un impulso de modernización a la estructura administrativa y financiera con el fin de mejorar los servicios al colegiado. "Hemos apostado por la austeridad y la optimización de recursos", todo ello acompañado de la "profesionalización" del Colegio para acercarlo al máximo al colegiado.
Salvador Piñeiro, como presidente que ha demostrado con los hechos que cree firmemente en una organización colegial eficiente y moderna, ha sabido echarse el Colegio a la espalda cuando ha sido necesario hasta convertirlo hoy en una corporación transparente y eficaz cuyo fin es ofrecer los mejores servicios a los colegiados y promocionar la colegiación en la sociedad de su entorno.
En este sentido, considera que el Plan de Empleo Joven que ha puesto en marcha el Consejo General para animar a los jóvenes a que creen su propio puesto de trabajo como agentes comerciales colegiados es "una muy buena herramienta" para propiciar el siempre necesario relevo generacional en la profesión. No obstante, advierte de la necesidad de que las nuevas generaciones apuesten por la formación: "para vender no vale cualquiera; no basta con tener labia o simpatía: hay que ser un profesional formado y capacitado", advierte. No en vano, lo que está en sus manos es algo tan importante para una empresa como sus ventas.
"Siempre ha habido un relevo generacional", explica el presidente de Pontevedra, "y aunque ahora a lo mejor el maletín de muestras se ha sustituido por la tecnología, y en su lugar tenemos tabletas, smartphones y redes sociales, el trabajo no deja de ser al final el mismo en su esencia: vender".
Sobre la situación económica general, el presidente de Pontevedra considera que "vivimos momentos difíciles" y la compara, como buen amante de la viticultura, con "la fase más crítica y delicada de la evolución de la uva en un viñedo, la denominada purga, en la que cualquier golpe de viento o de lluvia puede perjudicar la cosecha".